viernes, 30 de junio de 2017

La sexualidad en personas discapacitadas

La sexualidad es algo totalmente fundamental que nos permite ser, sentirnos, reconocernos el uno con el otro, y hasta reproducirnos, tanto para nosotros los seres humanos como para los animales también. Sin embargo, a pesar de ser esencial para nuestras vidas, es un tema con mucho tabú todavía sobre todo en las personas con discapacidad, la sexualidad en personas discapacitadas no es peor ni mejor que la de los demás, no tienen un mundo diferente, las caricias y besos son las mismas para todos.


El mundo de la sexualidad en personas discapacitadas

 

La sexualidad tiene como valor principal la intimidad, por ende si estas personas con discapacidad viven en instituciones como hospitales, casa hogar, etc., la sexualidad sigue perteneciendo a ellos no a la institución o sitio donde viva. Es sumamente importante que las personas con discapacidad decidan que es lo que realmente quieren hacer, donde quieren estar, cuando y con quien, experimentando y redactando su propia biografía de la sexualidad en personas discapacitadas por así decirlo, que sientan sus propias fantasías, sus propios intereses, deseos, expresando a su manera esa sexualidad que no necesariamente tiene que ser sinónimo de sexo.

La sexualidad va mucho más allá que un encuentro de genitales, se trata de hacer el amor, tener contacto pleno con esa otra persona, conocer bien ambos cuerpos, es expresar afecto, sentir placer, encontrarse el uno con el otro, etc., existen personas que no expresan su sexualidad a través de los genitales.

La sexualidad es un tema que nos iguala, todos atravesamos los procesos del erotismo, por eso tener la duda de si las personas con discapacidad tendrán sexualidad o no, no debería ser una pregunta valida, como muchas otras personas, no todos encajan en el patrón de belleza y “perfección” que impone la sociedad, pero eso no significa que las personas con discapacidad no gocen de los procesos de sexualidad. Hoy en día hay un gran olvido del gran valor y la importancia tan grande que tiene la persona, los sentimientos, el afecto, el amor.

Todas las personas somos iguales y merecemos todos por igual la misma formación afectiva-sexual que está presente en nosotros durante todo nuestro ciclo vital, no es que esto comienza algún día y ya. Todas las personas tenemos nuestros niveles de sexualidad, con los mismos derechos, necesidades, capacidades y potencialidades, por eso deberíamos confiar y apoyar mucho más a las personas con discapacidad para así ayudarlas a evolucionar su autonomía al máximo.